El lunes en pie a las 4:40 para pillar el tren de las 5:24 hacia manresa, que me deja en monistrol de montserrat, población desde la que se llega tras un cierto pateo a la muralla norte de Montserrat.
Desde que la empresa entró en crisis había decidido aprovechar para volver a hacer alguna vía en solitario, así que el sábado estuve currando y adelantando el trabajo del lunes, y el lunes me dí el homenaje.
La vía elegida fue la Realitat Virtual al Lloro, en la región de Frares Encantats (Frailes Encantados). Esta región montserratina se llama así porque viendo las agujas que la forman envueltas en la frecuente niebla que cubre la zona parecen monjes fantasmagóricos embutidos en sus hábitos. De hecho la puta niebla no me dejó en paz en todo el día, yo me esperaba un día soleado como el domingo, y de hecho era casi como estar nadando de tanta humedad ambiente.
Elegí esta vía porque estaba sobreasegurada en los tramos en libre y casi la mitad de la vía era artificial equipado (te cuelgas en todos los seguros y chapas el siguiente seguro colgado) así que la posibilidad de una caída era realmente mínima. Además hacía casi año y medio que tenía ganas de hacer esta vía, y nunca encontraba gente para hacerla.
La otra vez que escalé en solitario algunos recordaréis que terminé con la sensación de que es demasiado curro para poco resultado y que no valía mucho la pena. En fin, esta vez he currado como 50 veces más que la otra, subiendo una vía de 8 largos y en total 225 mts, que al ir en solitario en realidad son 16 largos y 450 mts, la mitad de ellos cargado con un macuto con el saco de dormir, ropa de abrigo y comida para cenar y desayunar. Más que nada porque obviamente entre las casi 4 hrs que tardo en plantarme a pie de vía, más las horas de escalada pertinentes (que calculo en unas 8 o 9), era imposible que me diera tiempo a volver a bajar a pillar el tren o el bus de vuelta a barna. Aunque esta vez no dormí en la cima de la aguja, que hacía frío y llevaba el saco ligero para ahorrar peso.
La vía moló cacho, tengo ganas de volver con algún compi de cordada para poder disfrutar más de la propia escalada en sí. Y el tema del solitario, creo que la última vez esperaba encontrarme a mí mismo o alguna giliflautada de semejante calibre, y esta vez lo hice sabiendo a lo que iba y con ganas de hacerlo, y de hecho me encantó. Al llegar a la penúltima R se me hizo de noche así que decidí tomármelo con calma. Me concedí una meadita de altura (que me costó no mojarme porque con el frío el cacharro de Juanjo se había convertido en el microfisurero de Juanjo y entre el arnés y tal costaba sacármela del pantalón). Y después parriba. Era un largo muy corto y los seguros, como ya he dicho, mu cerquita, así que un ratito después ya estaba en la cima. Un ratito después volvía a estar en la cima, tras rapelar a la penúltima R y volver a subir con el macutón desmontando el largo.
Un traguito de vino de la bota, para celebrar la coronación, y a buscar los rápeles de bajada. Nunca había escalado esta aguja, así que sólo tenía una idea aproximada de por donde se bajaba. Por suerte eran fáciles de encontrar y un rato más tarde ya estaba abajo, con las zapas puestas, varias capas de ropa, zampándome una bolsita de frutos secos y regándolos generosamente con buen vino jumillano. En realidad el vino era malo de los de euro y medio la botella pero como mi abuelo es el abuelo jumillano cuando lo veo escrito en una botella no puedo resistir comprarla.
Cabe comentar que no se baja por donde se sube, sino por el otro lado, que tendrá unos 50 mts de altura. Básicamente acabas en el corazón de montserrat, y estás mucho más orientado para bajar hacia la vertiente sur que hacia la norte. Así que como estaba en medio de la niebla y quedarme a dormir allí era catarro asegurado decidí volver a hacer la mochila y tirar pabajo, con la esperanza de que la niebla sólo estuviera en la parte de arriba (pasa a menudo).
Después de perderme y encontrarme varias veces, cagarme en las zarzas, rasparme en varios sitios, mirar el mapa más veces de las necesarias, subir y bajar, ir a la derecha y a la izquierda, caerme, gatear y arrastrame, llegué a un camino de los "grandes" de montserrat, cerca de un metro de ancho y casi no tiene rampas de rocas resbaladizas y ramas en medio del camino. Durante la bajada tuve un flashback. Mientras pensaba en lo guay que van los frontales recordé que me lo compré en el forum un día aciago, años ha, cuando aún vivía en Mdz y la escalada clásica era un lejano sueño. Estaba con diego y me preguntó para qué lo quería, y yo le dije que por si se hacía de noche mientras escalaba. Él me dijo, "claro como escalamos de noche tan a menudo". Me lo compré para la noche de ayer. Eso es planificación.
En fin, he mirado el mapa varias veces esta mañana y a día de hoy sigo sin entender muy bien por donde coño bajé ayer, pero el caso es que bajé. Al llegar al camino reparé en que veía las siluetas de las agujas cercanas, y las luces de los pueblos y los coches de la A-2. Lo cual quería decir que ya no estaba dentro de la niebla. Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Mientras seguía el camino vi las siluetas de la Portella Gran y la Portella Petita, agujas que flanquean uno de los pocos accesos francos en la muralla norte montserratina. He pisado las cimas de las dos agujas, y al verlas así recortadas contra el cielo azul marino vagamente iluminadas por la luz de las estrellas me sentí como si dos viejos amigos me dieran la bienvenida al final de un largo viaje (recordemos que en los últimos 3 días había dormido 2 horas y media, y mi petaje estaba rozando límites insospechados). Seguí avanzando y reconociendo más moles de la región de Agulles. Hubo una época en la que venía con Jordi por estos jardines pétreos cada fin de semana y subíamos una o dos agujas, y desde las cimas veíamos las que escalaríamos al siguiente finde. Y al verlas de noche intuía las líneas y las siluetas de infitas vías que me acompañarían en sueños destinados a hacerse realidad.
Después de supongo unas 3 horas de pateo (todavía no tengo móvil, todas las horas que voy diciendo son aproximadas y corresponden a mi reloj interno, que no rige ningún cuarzo) llegué a un planito que me pareció apto para extender la cuerda, ya que no llevaba aislante y tampoco quería dormir directamente sobre el suelo. Así que me planté allí, comí y bebí someramente y me metí en el saco. Tanta actividad física mezclada con el sueño me había quitado totalmente el hambre, así que a penas comí.
Eso sí, esta mañana me he zampado la mitad del pan que llevaba, los dos tomates, todo el fuet, una manzana, el resto de los frutos secos y las sardinas se salvaron porque no quería enguarrarme con el rollo del escabeche. Pero vamos, un desayuno de los wapos.
Y nada, después de un rato de pateo, pillar el bus en el bruc, llegar a barna, subir a mi piso, cambiarme y mirar los diversos correos, estoy preparado para darme una ducha, comer algo y ponerme a currar en las diversas movidas que tengo pa hoy. Vuelta a la vida normal. A pesar de haber estado fuera sólo una noche tengo la sensación de que haya sido una semana.
Estoy molido, creo que no hay un sólo músculo de mi cuerpo que no me duela, pero realmente ha valido la pena. Escalar mola.
Hale nenes, sean buenos y nos vemos en los bares.
martes, noviembre 13, 2007
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