martes, febrero 21, 2006

La Calçotada

Este fin de semana he tenido la oportunidad de participar de uno de los rituales más arraigados en el alma de la Nación Catalana. Se trata de La Calçotada.

Ninguno de los bárbaros autóctonos a los que pregunté durante el desarrollo del rito supo contarme nada de su origen, sospecho que sus chamanes podrían encontrar algo al respecto en Las Crónicas Perdidas, únicos restos escritos de la antigua civilización catalana, hasta hace poco conservados en Salamanca. Sólo podemos esperar.

Mientras tanto, os transcribo lo que observaron mis ojos:

El ritual es dirigido en su totalidad por un chamán debidamente adiestrado. En nuestro caso se trataba de Jose. El individuo se encarga de la preparación sacrosanta de los diversos alimentos, cuya procedencia es comprobada escrupulosamente. Sólo calçots plantados el día 29 de Febrero de los años bisiestos pueden ser usados. La carne debe provenir de ejemplares escogidos cuidadosamente, y después envasada al vacío.

A modo de inciso aclararé que el calçot es un tubérculo de origen desconocido. Según el folclore catalán, fue entregado a La Nación por El Tripartit, tal y como recoge su Estatut. El Tripartit creó a los catalanes y a los calçots a partir de la Primera Esencia, y por tanto, según la mitología catalana, ambos están emparentados.

Continúo con el ritual: El chamán procede a encender el fuego sagrado, y permanece a su vera hasta que alcanza la virulencia precisa, entonando cánticos ancestrales para atraer la bendición de El Tripartit. Todos los demás catalanes reunidos participan con igual entusiasmo de esta parte del ritual, gritando, cantando, bailando y convulsionándose, siguiendo un patrón establecido. A mí me permitieron también involucrarme, y participé del estado de trance que se alcanza en esta parte del proceso.

Cuando los calçots están bien renegridos, o tocados por El Tripartit, se depositan en el envoltorio sagrado, ungido con aceites benditos. Acto seguido, la comitiva procede al banquete. El chamán participa también de esta vorágine gastronómica, aunque de vez en cuando se levanta para continuar con la preparación de las demás viandas, con la intención de que los demás miembros de la tribu no dejen de comer ni un momento.

A lo largo del proceso se ingieren bebidas espiritosas y se consumen hierbas que ayudan a entrar en comunión con la divinidad, alcanzando un estado beatífico de reflexión interna.

Finalmente, cada cual retorna a su morada, guardando un borroso recuerdo de todo el proceso, y sintiendo en su fuero interno que su promesa con El Tripartit ha sido renovada.


Para mí, el ritual constituyó una iniciación a la tribu, y una oportunidad de oro de elaborar un documento gráfico único en su especie. A continuación os ofrezco las virulentas imágenes que surgieron de todo ello, sabiendo que podría estar poniendo en peligro mi vida. Sacad vuestras propias conclusiones.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me mola tu trenka del 98...q frikada. En una foto tienes cara de "apacible borrachuzo"...

Hablando de frikadas, q si q voy a Barna eh? Ya te ire contando, nen.

Un abrazo para ti y un beso guarro para Numa...

..bueno, otro beso guarro para ti, envidioso! :D