Mamá, mamá, sin manos

El jueves pasado aprendí a montar en bici sin manos. Iba por una calle, doliéndome de los riñones por la posición habitual al montar en bicicleta, cuando pensé que sin manos mi espalda sufriría menos. Y mira, me puse a ello, y no me di ninguna toña. Aunque el viernes por la mañana fui a pillar la bici después de haberme quedao sopa y tener mogollón de prisa pa llegar al curro, y me encontré la rueda de atrás pinchada. Que no digo que ambas cosas tengan relación, pero ambas afectan a la bici, así que le he dedicado este párrafo entero a ella, que lleva conmigo algo así como 15 años, que es más de la mitad de la edad que tengo, y aunque le falla un poco el cambio de marchas, esta es la primera vez que me falla la pobre.

Y eso. Este finde ha estao por aquí Simone, italiana que conocí en un campo de trabajo en francia...mola seguir teniendo contacto con esta gente (aunque de ese mismo campo de trabajo había dos mozas de Terrassa, como a 30 min de Barna, a las que no les he visto el pelo desde que estoy aquí...).

Creo que no me ha pasado nada más reseñable, y mira que lo que he reseñado ya es poco reseñable de por sí, pero es que estoy en casa, son las 22:35 todavía y no tengo ganas de acostarme (aunque sueño sí), pero bueno.

Creo que voy a leer un capitulín o dos del Quijote, a ver si me acabo el libro de marras.

He releído el post, y la verdad, no sé qué coño tenéis en contra de mis posts de escalada...¿de verdad preferís que os cuente que se me ha pinchado la bici?...porque es que al margen de la escalada, tengo bastante poco que contar...

Bueno nada, que me piro a ver si se me ocurre algo con lo que matar el tiempo antes de irme a la cama.

Adeeeeu