Wenoweno, aquí estoy otra vez pa contaros mis más y mis menos. Hace casi ya dos semanas que no escribo, y se me acumulan las vivencias...
Antes de nada os remito al siguiente enlace, que ha marcado una buena parte de esta semana santa, incluyendo el título de este post:
http://www.youtube.com/watch?v=hJVCs9OcqUY&search=karpov%20chanante
Y bueno, a ver...hace dos findes vino manolo a un campeonato de magic. Ese mismo día vinieron Tere, Diego y Laura de visita. La última es una amiga de Diego. Yo estaba escalando por ahí por Lleida mientras iban llegando los susodichos...El día anterior, lástima no tener fotos, tuve una escena un poco surrealista.
Ese viernes aciago salimos por la mañana en dirección Lleida, con la idea de introducir en la escalada de varios largos a una compi de mi roco. Íbamos a pasar la noche allí, y al día siguiente venía otro colega y nos íbamos a escalar a otro sitio por allí cerca: Montrebei, Paret de Catalunya. Ya veréis una foto. El día pintaba así/asá, nubes y tal, pero confiados empezamos a escalar. La vía salió del tirón, aunque con gotitas de lluvia en diversos momentos, y fue llegar arriba y empezar a diluviar. Llegamos al coche empapaos...teníamos muda de ropa seca, pero lo que no teníamos ni Candela ni yo, era calzado seco. Total que fuimos a un pueblo cercano y entramos en una zapatería descalzos para pillarnos unas zapas. El zapatero puso una sonrisilla un poco tal, pero no hizo ningún comentario...supongo que ese tipo de escenas son las que dan sentido a la vida de un zapatero...
Manolo se fue el lunes, y los otros tres se quedaron hasta el viernes santo. Los días intermedios transcurrieron sin pena ni gloria. El jueves nos la pillamos parda. Hacía tiempo que no me pillaba un pedo de ese calibre. Empezamos la noche en keli, jugando al culo (un juego de cartas, guarretes) y luego de bailoteo un rato. Y después fuimos a la disco Plataforma, donde rematamos la jugada con algún cubatilla y muchas horas de dar botes. Lo que recuerdo estuvo muy guapo:)
El viernes nos levantaron estos tres porque se piraban, una vez se habían ido comimos algo, vimos una peli, y a sobar. Y tol día así. Por la noche yo me fui a tomar unas cañas con otro par de colegas que habían venido de Madrid de visita, aunque estos no se quedaban a dormir en mi casa.
El sábado de día campestre, y el domingo también. Y ahora que lo pienso el jueves fuimos a montserrat e hicimos día campestre también, aunque Diego y yo fuimos a escalar un par de vías chiquititas y Diego se volvió desencantado de la Montaña Santa, no paraba de repetir algo así como "si es que es una piedra hecha con muchas piedras". Sí, y patones no es más que un rocódromo donde las presas están hacia adentro en vez de hacia afuera. No te jode. Después volvimos a casa y nos echamos una siesta como preparación de lo que se venía encima por la noche.
No estaría completo este post sin mencionar dos puntos que han marcado nuestras vidas durante estos días, y cuyos efectos serán recordados mientras vivamos por lo menos. Estoy hablando de la proyección, y como no, de los Dioses del Metal: Gigatrón.
Si os tomáis la molestia de ver el vídeo del primer enlace entenderéis el concepto de 'proyectar'. Lo definiré como el hecho de emitir un leve soplido en la dirección de una persona en el momento en que un achaque de acidez nos acaba de devolver el sabor de una apetitosa comilona. Sin llegar a ser tirarse un eructo en la cara de alguien, es probablemente lo que más se aproxima en la lengua de los vulgares. Nos hemos pasado toda la semana santa con el tema de las proyecciones, y por aquí todavía seguimos con ello.
En cuanto a como han influido en nuestras vidas los Gigatrón en esta ocasión...el tema guarda una cierta relación con la proyección, o más bien con la evolución de la proyección, el eructo. En los reinos catalanes, como es bien sabido, cuando alguien lleva a cabo el acto de eructar, todo aquél que lo oiga, incluido él/ella mismo/a, debe llevarse una mano a la frente al tiempo que dice en voz alta "cofia". Si algún desdichado se olvida, los que le rodean se lanzarán ávidamente sobre él a darle un sonoro chopo. Pues bien, mostrando nuevamente mi capacidad de adaptación a las costumbres del interesante pueblo objeto de mi estudio, introduje una variante de tan curioso fenómeno, consistente en hacer la señal de los cuernos con la mano que te pones en la frente, y cambiando el término "cofia" por el más apropiado al nuevo signo: "Gigatrón", esparciendo así la Palabra de los Dioses entre estos paganos, y convirtiéndome en Profeta del Advenimiento.
No debería olvidarme de mentar el "yeha", que nuestro ídolo del finde, el GAÑAAAAAAAAAAAAAN, nos ha inculcado, así como el concepto de tollina, de todos y todas conocido.
En fin, y eso ha sido toda la semana santa creo yo. Luego procederé a subir unas fotillos. Hale banda, nos vemos en los bares.
lunes, abril 17, 2006
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