Di: "Iván es imbécil"

Hoy hemos hecho el teórico del carnet de conducir, y tanto Numa como yo hemos resultado ser aptos. Ya estoy más cerca de convertirme en un peligro al volante. Que lo sepáis. La próxima semana empiezo las prácticas. Uouououououo.

En fin, os cuento acontecimientos:

El jueves pasado pillamos un avión a Madrid, llegando por la tarde. Dejamos las maletas en la consigna de Atocha para recoger al día siguiente, y nos pasamos la tarde por Madrid. Numa se compró un gorrito, con el que nos hicimos fotos unos cuantos.





Después estuvimos cenando con Ernesto, Nacho, Nico y Sergi en el Tigre, garito por la zona de Chueca en el que acompañan las cañas con tapas que te llenan bien llenito. Luego a casita a dormir, y Numa a pasar el trauma del primer contacto con mi familia, que fue bien, sin más comentarios.

El viernes nos pasamos casi todo el día en el Reina Sofía viendo cosillas. También comimos con Rubén por la zona.

El viernes por la tarde nos fuimos a mi pueblo con Iván y Rocío. Esa noche llegamos hasta collado hermoso buscando un restaurante en el que nos dieran de cenar mientras la magia de la calefacción hacía la casa habitable, sólo para terminar volviendo a casa a hacernos un plato de pasta después de que en todos los restaurantes nos mandaran al garete (serían como las 23:30...). Nos acostamos sobre las 2:30, y yo a las 4 me levanté para subir a la montaña y disfrutar de un poco de nieve, y poder volver a tiempo de hacer cosas con el resto el día siguiente...

Llegué a la fuente de la Muela a tiempo de ver el amanecer, con algo de frío y los bigotes escarchados. Bastante nieve, y bastante blanda, chapoteando hasta las rodillas. Pero mejor que el año pasado, que era hasta la cadera. El frío se encargó de descargarme las pilas de la cámara y no guardo más recuerdos que los que pueblan mi mente enferma. Estaba de vuelta en casa a las 10:00 y todavía me dio tiempo de dormir un par de horillas antes de levantarnos y empezar con las visitas turísticas.

Ese día fuimos primero al pinar de Navafría, e hicimos el firme propósito de volver a reunirnos en el mismo lugar en verano para hacer una barbacoa. Se puede apuntar quien quiera. Vimos el chorro y nos volvimos.

Después de una abundante comida en Prádena, en un bar en el que ponen unas raciones de la leche (lo conocía de haber estado con Manolo, Diego y Tere después de hacer piraguas en el Duratón el verano pasado...y con Nacho después de ir en bici hasta la farmacia de guardia de Prádena para quitarse el chupetón que le había hecho Cristina en aquél furor mítico del Manolo, mientras Rubén se las apañaba para cambiarle el pin a mi móvil entre espasmos de desesperación), nos fuimos a Pedraza a hacer la digestión. Pasamos la tarde por allí, y tiramos para casa.

Después de cenar, nos trasegamos 4 litronas mientras jugábamos al chinchón. Buscando música, decidí poner una cinta que ponía "canciones populares españolas", pero que era grabada. Resulta que en nuestra tierna infancia mis hermanas y yo habíamos grabado en esa cinta multitud de disquisiciones, noticiarios, lecciones de historia, crónicas deportivas, y glosarios de dicción. Una de las actividades consistía en hacer repetir a mi hermana pequeña, que contaría uno o dos años, diversos vocablos de distinta índole, tales como cáscara de plátano, o albaricoque (kiricoke). A partir de un cierto momento degeneró en una discusión entre mi otra hermana y yo, con cada uno diciéndole a la pequeña lo que tenía que decir del otro...y la enana repitiendo como un loro. Salvo cuando la decías "Ana es guapa", que entonces en vez de repetir, decía "sí". Angelita. En un momento dado, según estábamos jugando una mano, yo le dije a mi hermana en la cinta "Di: Iván es imbécil". Lo cual no sé de donde salió, no sé a qué Iván podía yo conocer en aquel entonces, pero nos hizo bastante gracia a todos menos a Iván, que lo flipó un poco.

Y el día siguiente Iván y Rocío se fueron y nos dejaron a nuestras anchas, sin calefacción porque se había acabado el gasoil, y con los libros pa preparar el teórico...yupi...

El lunes fuimos a Segovia capital y nos pasamos el día por allí de visita, de buen rollo. Hizo muy buen día, aunque acabamos molidos de tanto andar para acá y para allá. Luego por la noche volvimos a Madrid, cenamos en casa, hubo un segundo encuentro con la familia, esta vez a unas horas más razonables, y nos fuimos al aeropuerto. Pillábamos el avión de vuelta el martes por la mañana, a las 6:00...así que habíamos decicido pasar la noche en el aeropuerto para quitarnos de movidas.

Pillamos un avión en la temida T4 de Barajas, sin más incidentes que no poder encontrar bancos sin apoyabrazos en los que tumbarnos...aunque terminamos okupando la cafetería chapada del aeropuerto y sobando en unos bancos acolchaditos y alargados bastante cómodos, y encima con poquita luz. En definitiva: La T4 no daba para nada a entender toda la movida que habían tenido el día anterior con su estreno. De hecho fue el primer vuelo que llega puntual que cojo desde hace mucho.

Y nada, lo que sigue es tests y más tests y un examen aprobado.

Hoy he estado haciendo algunas cosillas pa poner galerías en la web, y he decidido probarlo en el blog, a ver qué tal tira. Las fotos que acompañan a este post las estáis viendo en el inventito éste...chulo, ¿eh?

Pos eso. Mañana quedo con mi prima Elena que me acabo de enterar ahora que está en Barna, y el viernes por la mañana me voy a escalar con mi coleguita de aquí, y por la tarde pillo un tren para Lleida, para encontrarme a la noche con un par de amiguetes e irnos a pasar el finde al pirineo catalán. Ya os contaré qué tal y os mandaré algunas fotillos.

Y después de otro post hiperlargo que sólo se leerán hasta el final 2 o 3 personas (contándome a mí), se despide de uds un servidor. A cascarla.